lunes, 7 de mayo de 2012

Oh, soledad...


Me cuesta asumirlo. Lo que en principio me causaba respeto y algo de miedo, ahora lo echo de menos. Los susurros de aire frío por la noche cuando me acuesto, los sueños que tienen un significado... Ha desaparecido todo. Quiero pensar que es temporal, que mis circunstancias personales actuales no me permiten estar en contacto con esa parte de mi. El estrés, las preocupaciones, no lo sé. El otro día me sorprendí anticipando un suceso, no fue cosa de la casualidad, ¡Me alegré tanto! Igual es el momento de valorar esos pequeños detalles, utilizar esta intuición o lo que quiera que sea para desarrollarla sin preocuparme de más. Pero hay algo que me preocupa, y son los sueños.

Sigo anotándolos en mi cuaderno, y aunque ya no los recuerdo cada día, siguen siendo sueños tristes: Despedidas con familiares. Hace unos meses, soñar con que me despido de un familiar hubiese significado que fallecería a las 48horas. Pero ahora nada pasa, y no se equivoquen, me alegro de que sea una falsa alarma. Pero me preocupa, porque eso quiere decir que si realmente ocurre vendrá de improvisto. ¿Entonces para qué lo sueño? ¿Qué sentido tiene todo? No me gusta esta soledad, porque cuanto más me ignora esta energía, más me aferro a ella... y nada sucede.